Páginas

domingo, 7 de julio de 2013

AZUCAR DE SANGUINAS EN MI BOCA




Los cítricos son mi debilidad y, de entre todos ellos, la naranja sanguina me gusta especialmente. 
Los cítricos se han cultivado en Sicilia desde hace mucho tiempo, estando documentado desde la época del dominio moro. Aunque se acredita a los árabes la plantación original de limones y naranjas amargas en Sicilia, los cruzados genoveses y portugueses introdujeron la variedad dulce, la Portogallo, en el siglo XV.
El partir una naranja me transporta a mi infancia. Era una fiesta cuando, de entre las naranjas que se compraban en casa, "tocaba" una sanguina, o de sangre de toro, que decía mi abuelo.
Su sabor agridulce en mi boca me hace recordar el día que me regalaste ese azúcar de sanguinas. No sabía muy bien como utilizarlo, y tu, muy sabio, me dijiste " tómalo con tus dedos, úntalos en él azucar y a la boca". La otra opción era "bañar" unos gajos y disfrutar, en cada uno de ellos, el crujir del azúcar y la explosión del zumo de naranja. 
Aún no he probado las dos maneras en que me aconsejaste hacerlo. Era tarde  cuando abrí la bolsita, en soledad, con cuidado, con mimo, olí lo que había en su interior y no pude resistirme. Chupé mi dedo, lo llené del azúcar y lo puse en mi boca. Me gustó la sensación. Cerré los ojos. Sonaba de fondo "Corcovado" del genial Antonio Carlos Jobim
 La segunda forma de festejar el azúcar aún no he probado, quizás porque requiere compañía, para compartir gajos y risas. No sé que música sonará...






No hay comentarios:

Publicar un comentario