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viernes, 22 de febrero de 2013

SABOR GUANCHE-EXTREMEÑO

Conversé ayer entre los fogones de la escuela con mi compañero Chema, y recordaba con él un viaje que disfruté hace un tiempito a las Islas Canarias. Le contaba "mi descubrimiento" de la solitaria Playa de Cofete, en la Isla de Fuerteventura, de la preciosa puesta de sol que se ve desde las dunas de Maspalomas, así como de los amaneceres desde la Cruz de Tejeda o el Roque Nublo, con un mar de nubes bajo mis pies.

En ese momento, el resorte de la memoria saltó, y de repente se me antojó probar de nuevo el mojo picón, acompañando, cómo no, a unas papas arrugadas o unos pulpitos a la plancha, recién pescados, en la tasquita de pescadores de Punta de Jandía.

Pero como no está la economía como para viajar a las Islas Afortunadas Lourdes ha cocinado un mojo picón en Extremadura, de ahí el titulo de esta entrada. "Emigraremos" con la imaginación hacia las islas, al igual que de      Canarias salieron emigrantes hacia las Indias, ya que La Pinta abordó en Gran Canaria, después puso rumbo hacia la Gomera y de ahí al Nuevo Mundo. Un Nuevo Mundo que nos prestó alimentos tan sencillos y maravillosos como el tomate y la patata, el primero, ingrediente base del mojo, y la segunda, base de la alimentación de millones de personas.

Como dice un amigo, uno de los secretos de la cocina, al igual que del amor, es elegir buenos ingredientes. Ingredientes auténticos, ricos y apetecibles por si mismos y sobre todo saber mezclarlos, combinarlos, prepararlos dentro de un equilibrio al que solo puede orientarnos la experiencia, la intuición.

Los ingredientes del mojo picón son todo un tesoro...dos dientes de ajo, una puntita de comino, dos tomates grandes, maduros(si son madurados al sol, mejor), pelados, la pulpa de un pimiento choricero ahumado, dos guindillas, sal, aceite con una cucharadita de pimentón de La Vera, una rebanada de pan frito y un poquito de buen vinagre.
Majar en mortero todos los ingredientes, añadir el vinagre para darle chispa y emulsionar despacio, con mimo, con el aceite de oliva.
He aqui el resultado alquímico...



Regaría este mojo con un malvasía de Lanzarote. De postre...Bienmesabe.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Sugerencia 3

SUGERENCIA 3
 
 
 
 Raviolis de boloñesa y setas con salsa de Pimientos
 
 
 
 
Pollo asado con salsa a la naranja
 
 

 
 
 
 

domingo, 17 de febrero de 2013

 
TORRIJAS
 
 
 
Nada se perdía en otros tiempos, y menos el pan, que era considerado un símbolo divino. Llegando incluso a besarlo cuando caído al suelo se recogía o siempre colocado de manera apropiada en la mesa.
 
Esta es una de las prepaciones más simples de la cocina tradicional, siendo en la actualidad muy típica de la temporada del Carnaval.
 
Este alimento era tan importante en la mesa que encontramos frecuentes alusiones dedicadas a el en el refranario:
 
"A veces vale más el pan que las nueces"
 
"Agua fría y pan caliente nunca hicieron bien al vientre"
 
"Alaba lo del vecino pero como tu pan y bebe tu vino"
 
"Bien barato estaría el pan si no lo comiera el holgazán"
 

 

Aqui os dejo la receta (4 personas) , espero que os animeis a hacerla y nos mandeis fotos.
 
                                                        - 8 Rodajas de pan duro.
                                                        - 1 l. de leche.
                                                        - 1 palo de canela.
                                                        - Zeste (cáscara) de 1/2 limón.
                                                        - 75 gr de azúcar.
 
  1. Llevar a ebullición la leche con el azúcar, el palo de canela y el zeste de limón.
  2. Dejar reposar la leche hasta que este tibia.
  3. Verter sobre las rodajas de pan y dejar que se empapen bien.
  4. Escurrir bien las rebanadas, pasarlas por huevo y saltarlas en abundante aceite caliente hasta que tomen un color dorado.
  5. Una vez doradas colocarlas sobre una bandeja con papel absorvente y espolvorearlas con azúcar y canela.
Hemos utilizado un pan de molde hecho por nosotros en vez de pan duro, ya os pondre la receta en otra ocasión.

 


 

martes, 12 de febrero de 2013

SUGERENCIA 2

 
SUGERENCIA 2
 
 
 Ensalada de lengua de cerdo Ibérico con salsa de anchoas
 
 

Paella
 
 
Palpitón de pollo con flan de setas y salsa diabla
 

Arroz con leche


domingo, 10 de febrero de 2013

DE TIERRAS LEJANAS



El origen de la piedra de moler es casi tan antiguo como la aparición del hombre, cuándo estos debían moler ciertos alimentos como granos, semillas o frutos de cáscara dura.
Quizás la utilidad que los antepasados dieron a las piedras de moler puede situarse en el momento en que empezaron a controlar el fuego como requisito para poder cocinar.
Los Australopitecus comían carne cruda pero la golpeaban para aplanarla y hacerla más fácil de masticar. ¿Qué ocurre cuando intentamos aplastar la carne con la ayuda de piedras? Que se producen chispas, al chocar una con otra. Al repetir este proceso puede producir fuego que intentan controlar y por tanto utilizar, entre otras cosas, para cocinar los alimentos.
 Esa utilización de la piedra para aplastar la carne nos hace pensar de nuevo en el mortero, batán o molcajetes de las tribus americanas.
 Tradicionalmente, el uso del mortero se identifica con su uso en farmacia. El poeta romano Juvenal aplicó la denominación mortarium en artículos para preparar drogas en las boticas de la antigüedad.
 Los morteros se han utilizado igualmente en la cocina para preparación de ingredientes o acompañamientos para distintas preparaciones, como mahonesas, guacamoles, pesto…
En la cocina oriental se llaman surikogi o suribachi. En África se utilizan morteros de gran tamaño para moler cereales y en América Latina, en muchos lugares del altiplano peruano y boliviano, no hay hogar que se precie que no tenga en su cocina un batán, que es una piedra donde moler los ingredientes de la llajwa, en quechua, salsa muy picante preparada en batán, cuyos ingredientes base son el tomate y el locoto. Se prefiere la preparación en mortero o batan antes que en licuadora, ya que esta produce espuma y desvirtúa la salsa, que se siente más picante que otra cosa.
En un viaje a Bolivia, perdido entre un amasijo de reliquias que no pregunté de dónde habían salido, encontré un precioso mortero. Es de piedra oscura, suave del uso, con un pistilo de bronce tallado con una cabeza de animal mítico, un khuru, que los Jalq’a creen que aparecen cuando una persona está sola o en un lugar remoto. Realmente el lugar era alejado, remoto, pero yo no estuve sola y  cada cucharada de sopa de maní aderezada con llajwa me calentaba el cuerpo. El Altiplano Potosino me acercaba al cielo, la altura hacía sentir a mi alrededor un mundo irreal. Imaginaba la mujer que había cocinado esa llajwa, la utilización de ese mortero ancestral, transformando el tomate y el locoto en una mezcla mágica. No era necesario nada mas.

lunes, 4 de febrero de 2013

SUGERENCIA 1
 
 

 
 
 

 


Codornices en Salmis
 



 
 
Biscuit de Higos
TORTA DE SAN BLAS
INGREDIENTES:
  • Yemas de huevo                             2 unid.
  • Azúcar                                          125 gr.
  • Mantequilla                                  30 gr.
  • Manteca de cerdo                        75 gr.
  • Leche                                              75 gr.
  • Sal                                                     2 gr.
  • Harina                                          375 gr.
  • Levadura                                          5 gr.
  • Vainilla                                         1/2 rama.
  • Esencia de anís                              2 gotas. 
 
GLASA:

  •  Claras de huevo                          125 gr.
  • Azúcar glas                                  625 gr.
  • Agua                                              25 gr.
ELABORACIÓN:
  1. Mezclar bien todos los ingredientes, bien a mano o bien en kitchen aid.
  2. Estirar con el rodillo hasta que tenga una anchura de 2 cm.
  3. Cocer al horno a 180ºC durante 10 min.
ELABORACIÓN DE LA GLASA:
  1. Montar las claras de huevo.
  2. Una vez montadas añadir el azúcar glas poco a poco.
  3. Finalmente añadir el agua.
TERMINACIÓN:
  1. Una vez sacada las tortas del horno y en caliente estiramos la glasa encima con la ayuda de una espátula.
  2. Dejamos enfriar y decoramos.
 

domingo, 3 de febrero de 2013

Torta de San Blas



SAN BLAS

“San Blas bendito, cúrame la garganta y el apetito”

Hemos decidido empezar nuestro blog con esta fiesta y uno de sus postres típicos. Seguro que existen muchos dulces típicos con sus diferentes variedades en cada lugar, yo os voy a mostrar un dulce típico de la zona de Deba (Guipúzcoa).

Celebramos esta fiesta el 3 de febrero en honor a Blas de Sebaste, el cual fue médico, obispo y mártir cristiano. Se le considera patrono de los enfermos de garganta, laringólogos y cazadores. Así como también es patrono de Paraguay, Croacia y algunas localidades Españolas.

Una de las tradiciones importantes de San Blas es el famoso cordón que debemos colgarnos al cuello después de ser bendecidos y quemarlo tras nueve días. Con este proceso, San Blas nos protegerá la garganta durante todo el año.

Nos gustaría que si conocieseis más dulces típicos de vuestras zonas nos los fueseis comentando.

Solo me queda agradecer a mi profesor Juan Antonio Aznal y a mis compañeros de la escuela de cocina la información y la ayuda en la realización de esta torta para poder mostráosla a todos vosotros. El lunes cuelgo la receta ya que hemos tenido unos problemillas técnicos.

sábado, 2 de febrero de 2013








COLECCIONISTAS DE SABORES

Este blog ha sido cocinado por dos amigas a las que les gusta el calor de los fogones, los olores penetrantes de la vainilla o de las setas, el gusto especial de las naranjas sanguinas, la locura de la salsa romesco o la delicadeza de la creme brulee, el crujir del salteo de verduras o el tacto de la masa de pan. Deseamos que sea todo un despertar para sus sentidos brujulear por nuestra cocina.

El sabor es la impresión que causa un alimento u otra sustancia
La invención de la cocina y la percepción de características mágicas y rituales en los alimentos reflejan la fascinación humana en torno a la comida y su preparación.

Los orígenes de la cocina se ven envueltos en variados mitos, más allá de los cuales es posible ubicarla como la primera revolución científica, ya que incluye el descubrimiento de cambios bioquímicos que alteran el sabor, favorecen la digestión y destruyen venenos. Además, con la domesticación del fuego, propicia el desarrollo de un gran número de tecnologías alimentarias entre las que se destacan la cocina con brasas, llamas vivas y piedras candentes, en hoyos o en chimeneas, y la utilización del hervor y la fritura.
Cocinar es un proceso mágico de transformación.
La cocinera mágicamente prepara alimentos guiada por un proceso alquímico y a través de una serie de acciones precisas y meticulosas que unen, entremezclan y transforman el ingrediente primitivo para crear un plato que quedará impreso en nuestro paladar, a modo de archivo de sabores.
Existe una necesidad de regresar al seno de la naturaleza, a lo auténtico, a descubrir en cada bocado un sabor que nos transporte a algún lugar de nuestra infancia, una celebración especial o simplemente nos anime a probar nuevos alimentos, ya que eso nos hace más ricos interiormente.