En ese momento, el resorte de la memoria saltó, y de repente se me antojó probar de nuevo el mojo picón, acompañando, cómo no, a unas papas arrugadas o unos pulpitos a la plancha, recién pescados, en la tasquita de pescadores de Punta de Jandía.
Pero como no está la economía como para viajar a las Islas Afortunadas Lourdes ha cocinado un mojo picón en Extremadura, de ahí el titulo de esta entrada. "Emigraremos" con la imaginación hacia las islas, al igual que de Canarias salieron emigrantes hacia las Indias, ya que La Pinta abordó en Gran Canaria, después puso rumbo hacia la Gomera y de ahí al Nuevo Mundo. Un Nuevo Mundo que nos prestó alimentos tan sencillos y maravillosos como el tomate y la patata, el primero, ingrediente base del mojo, y la segunda, base de la alimentación de millones de personas.
Como dice un amigo, uno de los secretos de la cocina, al igual que del amor, es elegir buenos ingredientes. Ingredientes auténticos, ricos y apetecibles por si mismos y sobre todo saber mezclarlos, combinarlos, prepararlos dentro de un equilibrio al que solo puede orientarnos la experiencia, la intuición.
Los ingredientes del mojo picón son todo un tesoro...dos dientes de ajo, una puntita de comino, dos tomates grandes, maduros(si son madurados al sol, mejor), pelados, la pulpa de un pimiento choricero ahumado, dos guindillas, sal, aceite con una cucharadita de pimentón de La Vera, una rebanada de pan frito y un poquito de buen vinagre.
Majar en mortero todos los ingredientes, añadir el vinagre para darle chispa y emulsionar despacio, con mimo, con el aceite de oliva.
He aqui el resultado alquímico...